Herido grave tras estrellarse con un coche robado contra un concesionario y una gasolinera
El joven circulaba por un carril secundario de la Avenida de Madrid - Rechazó hacer la prueba de alcoholemia y recibir atención médica
La Policía Local detuvo la mañana de ayer a un joven rumano de 23 años
(iniciales S.F.V.P.) que se estrelló contra el concesionario Renault de
la Avenida de Madrid con un vehículo robado y tras chocar previamente
contra un coche que repostaba en la gasolinera Repsol situada a escasos
metros. El detenido fue ingresado en el Hospital Xeral en estado grave y
allí permanece custodiado por agentes.
Según relatan fuentes
policiales, minutos antes del accidente -ocurrido sobre las 8.15 horas-
el conductor fue captado por un radar de la circunvalación a la altura
del Meixoeiro circulando a 126 Km/hora cuando el máximo permitido en ese
tramo es 80 Km/hora. Bajando a la ciudad por ese vial llegó a la
Avenida de Madrid, incorporándose a gran velocidad a un carril
secundario donde se encuentra la gasolinera, momento en el que derribó
varios báculos de publicidad y chocó lateralmente contra un vehículo que
en ese momento repostaba. Tras este último impacto perdió el control y
recorrió una distancia de como mínimo 20 metros cuesta arriba cruzando
la calle Vilar y empotrándose finalmente contra la fachada del
concesionario Renault. Como consecuencia de este golpe el joven resultó
herido grave y se produjeron numerosos desperfectos en el coche y en la
empresa (rotura de la pared, la cristalera y su marco, daños en un
vehículo Dacia en exposición y venta...).
El joven, que sangraba
abundantemente por la cabeza y tenía una pierna muy dañada, en un
principio rechazó el auxilio y se resistió a entrar en la ambulancia.
Asimismo, se negó a realizar la prueba de alcoholemia. Se le imputan
delitos de robo de automóvil, negativa a hacer el test de alcoholemia y
conducir sin carné.
El concesionario Renault tenía a trabajadores
en su interior porque precisamente ayer celebraban una jornada de
puertas abiertas para mostrar el nuevo Clío. "Pudo haber sido una
desgracia, los daños son lo de menos, pero si coge a alguien en la
gasolinera o aquí lo podría haber matado", razona David Romero,
responsable del concesionario. Este relata que el detenido se resistía a
ser atendido, "parecía muy bebido, no se mantenía en pie, sangraba
mucho y tenía la pierna destrozada", comenta. El siniestro tuvo lugar
apenas una hora antes de que abriesen al público, "no es un accidente
que le pasa a una persona cualquiera, iba sin seguro ni carné y con un
coche robado. Por suerte aún no habíamos abierto y casi no había gente",
explica.
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