lunes, 1 de octubre de 2012

La Voz de Galicia


¿Dónde está Makelele?

La Interpol guarda silencio sobre el paradero del conductor condenado por el accidente mortal de Jenaro de la Fuente


Agentes de la Interpol siguen desde hace diez meses la pista de Makelele, el conductor temerario de Vigo que huyó al extranjero pero aún no hay noticias oficiales sobre su paradero.
Hace un año, Jorge Luis Sosa, Makelele, recibió una carta que el comunicaba que debía ingresar en la penitenciaría de A Lama para cumplir casi cuatro años de cárcel por el doble accidente mortal de Jenaro de la Fuente. El Gobierno le había denegado el indulto por la muerte del matrimonio. Hizo sus maletas y, en un día indeterminado de otoño, desapareció del mapa mientras su mujer e hijo quedaron en Vigo. Todo apunta a que está huido fuera de España. Mientras, el otro acusado Samuel Fiuza, Coletas, entró en la cárcel a cumplir su sentencia.
El juzgado de lo Penal número 1 de Vigo llegó a la conclusión la pasada Navidad de que Makelele no estaba ya en la ciudad. Las pesquisas policiales tampoco lo localizaron en ninguna ciudad española. Todo apuntaba a que había huido del país y, a instancias de las hijas del matrimonio fallecido, la jueza dictó una orden internacional de búsqueda y captura a primeros de año.
Medio año después, a finales de julio, los servicios internacionales de búsqueda y captura de fugados aún no habían dado noticias del vigués. Esto no es extraño porque los seguimientos se llevan con discreción hasta el momento en que van a arrestar al prófugo en el país donde está escondido. «El silencio forma parte del trabajo policial de la Interpol, nunca sabremos nada de Makelele hasta el día que lo detengan en algún país y avisen a España», vaticinó recientemente el abogado de las dos hijas de las víctimas, Manuel Cisneros.
Las pasadas experiencias le dan la razón. Muchos de los arrestos de prófugos en el extranjero son logrados cuando estos van a renovar documentos al consulado de España en la capital del país en que están refugiados. Mientras cumplimentan sus papeles, su nombre salta en la lista informática de escapados. Una vez detectado, el juzgado español lo comunica a la Interpol y pide su intervención. Es cuestión de tiempo que los agentes internacionales lo capturen.
Varios refugiados en Bolivia
Eso fue lo que ocurrió con un vigués que dejó invidente a un joven de un puñetazo en Vigo hace varios años. Una vez condenado, huyó a Bolivia para evitar su ingreso en prisión pero, tres años después, se confió y acudió al consulado español de La Paz a renovar sus documentos. Y su nombre saltó en el ordenador. Informada, la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, reclamó a la Interpol su devolución.
Algo similar pasó con un alemán acusado de matar a su mujer en Tui en 1996. Huyó después de que fuese anulado el primer juicio en el 2002. Una década después, en mayo del 2011, la Interpol lo detectó en Cochabamba, otra ciudad de Bolivia, y España reclamó su extradición para que fuese juzgado en Pontevedra. Hace unos meses, fue condenado por el crimen.
En vista de otros casos similares, la fuga de Makelele podría prolongarse varios años hasta que cometa un error que dispare las alarmas diplomáticas. En principio, el prófugo vigués dispone de varios sitios a los que huir. Una de sus ventajas es que, aunque posee DNI español, nació en Estados Unidos. Y la enmienda 14 de la Constitución norteamericana dice que toda persona nacida en territorio de ese país, independientemente del origen o condición legal de sus padres, tiene derecho a la nacionalidad estadounidense. De haber conservado su doble pasaporte, podría moverse a sus anchas de costa a costa y buscar trabajo.
Otro destino podría ser Brasil porque, según quienes lo conocen, Makelele podría tener amistades allí, lo que facilitaría su vida en la clandestinidad. Ahora mismo, es un país emergente donde hay posibilidades de encontrar trabajo y labrarse un futuro. También queda la posibilidad de que se mueva con un pasaporte falso, lo que dificultaría su rastreo. Y aunque la Justicia es lenta, es implacable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario