viernes, 26 de julio de 2013

Faro de Vigo



Cuatro jóvenes ilesos tras caer su coche al mar en Chapela

El conductor del vehículo perdió el control del vehículo al derrapar y dio una vuelta de campana


Pudo ser una tragedia, aunque por fortuna quedó en un susto. Cuatro jóvenes de Vigo, dos de ellos menores de edad, salieron ayer ilesos al precipitarse su coche al mar en el puerto de Chapela. Los ocupantes pudieron abandonar el vehículo por las ventanillas segundos después de caer al agua, antes de que se hundiera por completo, y no necesitaron atención médica.
El suceso se produjo a las 19.30 horas en la zona portuaria situada junto al paseo de Cardona, en un tramo semipeatonal. Según explicaron testigos presenciales, el turismo derrapó y colisionó con un bolardo y, al perder el control, dio una vuelta de campana y se precipitó al mar. De inmediato tres personas se lanzaron al agua a socorrer a sus ocupantes, aunque los cuatro consiguieron salir por sus propios medios instantes antes de que el turismo se sumergiese.
"Los chicos tuvieron suerte porque el coche, pese a dar una vuelta de campana, cayó al mar con las ruedas hacia abajo. Si hubiese caído de lado o con el techo se podrían haberse golpeado las cabezas y posiblemente sería grave", apunta el chapelano Rafa Vázquez, uno de los que se tiraron al agua a ayudar a los jóvenes.
Otro de los testigos, José Pérez, destacaba la fortuna de coincidir con la pleamar, "porque el lugar del accidente con marea baja queda prácticamente sin agua y con un desnivel de unos cinco metros".
Una patrulla de la Policía Local acudió de inmediato al lugar alertada por el 112, y practicó la prueba de alcoholemia al conductor, D.F.V., de 21 años, cuyo resultado fue negativo. El joven, residente en el barrio vigués de Teis, se había sacado el carnet de conducir hace unos meses -llevaba la "L" en el cristal trasero-, y posiblemente la impericia al volante tuvo que ver en el siniestro. Había acudido a la zona portuaria chapelana para bañarse con otros tres amigos -A.V., de 18 años, H.O., de 16, y E.J., de 13-. "Menos mal que llevábamos las ventanillas abiertas, porque así pudimos salir de inmediato", reconocían todavía con el susto encima. "Lo importante es que estamos bien", señalaron.

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