viernes, 6 de febrero de 2015

Faro de Vigo

La irrupción de caballos en la A-52 reaviva las protestas contra la inseguridad en el vial

Un equino provocó un nuevo accidente en A Cañiza tras encontrarse un conductor una manada de reses dentro de la autovía junto a la salida del túnel de O Folgoso


Los caballos y vacas salvajes que invaden las carreteras del Condado-Paradanta vuelven a primera línea después de que, ayer, una manada de caballos salvajes invadiese la A-52 cerca del túnel de A Cañiza y provocase un accidente que a punto estuvo de tener consecuencias fatales para un conductor.
El usuario de las carreteras de la zona Manuel Estévez asegura que la situación "parece ya no tener remedio" y añade que se "lleva denunciado ante los organismos públicos competentes estos hechos desde hace una década y no se han tenido en cuenta nuestras reclamaciones".
Afirma que el vial que comunica la autovía con Covelo es "matador" debido a la cantidad de vacas y caballos salvajes que están sueltos y que han provocado numerosos accidentes. "Los conductores locales vamos atentos pero los de fuera no se dan cuenta y se encuentran bajo la lluvia o la niebla reses, que unido a las condiciones de la vía puede producir accidentes graves", explica. Dice que en la autovía es menos frecuente "pero la entrada de reses ahí demuestra el descontrol".
Accidente
En el día de ayer, una manada de caballos salvajes irrumpió en la autovía de las Rías Baixas y causó un accidente al atropellar un vehículo a uno de los equinos, aunque el conductor resultó ileso.
El suceso se produjo en el kilómetro 283 a la salida del túnel de O Folgoso, en A Cañiza, dirección Vigo.
El conductor trató de esquivar a la manada pero acabó colisionando con un caballo, que resultó muerto, y luego chocó contra el quitamiedos.
El problema tuvo especial repercusión en el momento de las obras de los túneles, y el desvío de tráfico por la N-120. El presidente de la Asociación de Vecinos de A Lamosa, Luis Oliveira, realizó una campaña para lograr señalar la presencia de animales y reducir la velocidad logrando parte de sus propósitos.
Oliveira indicó entonces que el ganado invade la carretera a plena luz del día y existía un problema de seguridad real, que muchos meses después no se ha resuelto.
El municipio de Covelo es de los más castigados por estos accidentes. Los últimos la muerte de una vaca en Paraños, en la N-120, y otra res en Maceira, en la carretera a Avión. En el caso de Paraños fue localizado el propietario del animal que se hizo cargo de los daños pero no ocurre siempre así, ya que prácticamente todos los caballos están sin identificar y algunas de las vacas aparecen sin el crotal, que es el número identificativo con el que se puede localizar al ganadero.
"Este es un problema que no nos sacamos de encima", explica un vecino de Covelo que apuesta por sanciones ejemplares a los propietarios de reses y un mayor control de las carreteras por la Guardia Civil.
Precisamente la Benemérita realizó hace años un trabajo de identificación de propietarios y apertura de expedientes sancionadores, que, en algunos casos, dio resultado positivo. "Este problema tiene que tener solución, de alguna forma u otra, debe buscarse un remedio para este mal que afecta a los conductores que usan estas carreteras", añade Estévez.

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