martes, 19 de enero de 2016

Lav Voz de Galicia

Los conductores gallegos engañan menos al seguro, pero con más coste

Medio millón de asegurados en la comunidad aún justifican los timos a las compañías

Los conductores gallegos son menos proclives que la media nacional a engañar al seguro para colarle reparaciones que no se corresponden con el siniestro del que se da parte, aunque, por contra, el importe medio defraudado es superior. Esta es una de las conclusiones del tercer Barómetro del Fraude en el Sector de Autos que ayer presentó la compañía Línea Directa y que señala que durante la crisis el fraude se ha más que triplicado: en el 2014 seis de cada cien siniestros en España fueron un intento de engaño, 3,5 veces más que en el 2009, y su coste se elevó un 20 % en dos años, hasta frisar los 1.200 millones de euros solo en el ramo del automóvil.
En Galicia, aunque también se ha elevado esta práctica (en el 2009 eran timos el 4,1 % de los partes), el porcentaje continúa por debajo de la media del país, situada en el 6 % del total.
Pontevedra, con un 3,94 %, está entre las diez provincias donde menos fraude se registró en los últimos dos años, según el estudio de la aseguradora, ocupando la posición número 45. Le siguen, por frecuencia de engaños, Ourense (4,21 %) en la posición 42; Lugo (4,49 %) en la 38; y A Coruña (4,82 %) en la 29.
Pese a registrar una baja frecuencia de fraude, la cuantía del mismo sí es elevada en la comunidad, ya que mientras que el importe medio en España ronda los 1.284 euros, Lugo, con 3.626 euros, casi la triplica y es la segunda provincia con una media más alta, solo superada por Huesca.
Delatores, por dinero
Otra de las conclusiones del estudio es que casi el 80 % de los conductores gallegos estaría dispuesto a denunciar a otra persona por fraude al seguro si obtuviera a cambio «un beneficio económico directo», es decir, que delatarían por dinero, frente al 73 % de la media española que admitió lo mismo.
Los hombres engañan más
Respecto al perfil del defraudador, al «tradicional» del joven varón, menor de 26 años, se le suma el de hombres de mediana edad, con estudios universitarios y que trabajan por cuenta ajena. Hay, además, otra diferencia por género, ya que los hombres defraudan más al seguro, se arrepienten menos de esas estafas y «presumen más de cometerlas». Además, sus engaños se centran más en los daños materiales, mientras que las mujeres los focalizan en los daños corporales, fingen más lesiones y simulan más gravedad de la real en las mismas. Aunque hay menos casos de fraudes corporales (el 4,5 % del total) tienen un coste unitario medio treinta veces superior al de los daños materiales.
Aunque nueve millones de españoles (de ellos, medio millón de gallegos) aún justifican engañar al seguro, la tendencia está cambiando y la intención de fraude se ha reducido a la mitad desde el anterior sondeo. Un último dato: los meses de vacaciones concentran el grueso de los timos, al igual que los lunes.

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