jueves, 23 de noviembre de 2017

Faro de Vigo

Acusan de doble homicidio al conductor del accidente mortal de Vila de Cruces

El joven que llevaba a las dos víctimas se enfrenta a 3,5 años de cárcel - El otro piloto con el que se 'picó' afronta 2,5 años por conducción temeraria

El 21 de marzo de 2015, en la parroquia de Cumeiro en Vila de Cruces, se producía un accidente mortal que costó la vida a Noemí Touceda, la hija de la presidenta de las mariscadoras de Carril (Vilagarcía) y a Samuel Maneiro, de Catoira. Dos años después el Juzgado de Lalín ha dictado el auto de apertura de juicio oral y ahora mismo las defensas de los dos acusados -los chóferes de los dos vehículos que conducían al parecer picados entre si- deben presentar sus escritos.
La Fiscalía, por su parte, solicita para J.T.C., el conductor del Peugeot 205 en el que viajaban las dos víctimas, 3 años y seis meses de prisión por dos delitos de homicidio, así como de otro de conducción temeraria. Pide además otros 18 meses multa, a razón de 12 euros al día, y no podrá conducir vehículos a motor durante 8 años y 6 meses.
En cuanto al conductor del Audi A3, I.L.T., también le acusa de un delito de conducción temeraria agravada, por lo que propone una condena de 2 años y seis meses de prisión; 15 meses multa con una cuota diaria de 12 euros y la privación del carné de conducir durante 6 años y 6 meses. El escrito del fiscal añade que, si tras el juicio los acusados quedan absueltos, se deduzca testimonio de la sentencia a la Jefatura Provincial de Tráfico para la eventual imposición de sanciones administrativas.
La Fiscalía relata que en torno a las 18.30 horas de ese 21 de marzo, J.T.C. y los dos fallecidos circulaban por la carretera PO-905 para ver una de las etapas del Rali do Cocido. Delante del Peugeot 205 iba un Audi A3, pilotado por I.L.T y con otros cuatro ocupantes. Los dos chóferes circulaban "prescindiendo de las más elementales nomas reguladoras de la seguridad del tráfico, realizando una conducción brusca y a gran velocidad", hasta el punto de invadir el carril contrario y forzar a los demás vehículos a realizar maniobras bruscas para evitar colisiones. Delante circula el A3, y detrás el Peugeot, que no puede evitar un choque frontaleral con otro vehículo. El tremendo impacto provoca que el Peugeot acabe ardiendo.

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