Faro de Vigo
Galicia casi dobla la tasa estatal de conductores interceptados bajo los efectos de las drogas
-Los narcotests positivos en la comunidad
superan el 40% frente al 26% de la media - Las denuncias relacionadas
con alcohol y sustancias suponen el 14% de toda España
El consumo de alcohol y/o drogas
es una de las principales lacras de la accidentalidad viaria. Mientras
los positivos por conducir con una copa de más se han logrado reducir,
los narcotest revelan un cada vez mayor número de conductores que se
ponen al volante tras haber consumido cannabis, cocaína, éxtasis o
anfetaminas En los últimos cinco años, los fallecidos en carretera bajo
los efectos de las drogas aumentaron casi un 10%. El balance de la
última campaña de control, realizada entre el lunes día 11 y el domingo
17 de este mes, coloca a Galicia en el punto de mira. Los 78 positivos
en drogas y los 220 en alcohol detectados en tan solo una semana en la
comunidad suponen el 14% de las denuncias interpuestas en toda red
viaria española -2.163-.
La tasa de expedientes sancionadores
por circular bajo los efectos de las drogas resulta todavía más
alarmante, ya que en Galicia es casi el doble que la detectada en el
conjunto del país. Mientras en la comunidad fueron más del 40% los
conductores sorprendidos bajo los efectos de alguna sustancia
psicotrópica (78 de 181 sometidos al narcotest), la media nacional se
quedo en el 26% (816 positivos de 3.181 pruebas), según los datos
globales presentados ayer por la DGT.
Agresividad en la conducción,
hiperactividad, deterioro de la atención, déficit de coordinación,
aumento del tiempo de reacción, velocidad excesiva? Son algunos de los
efectos que provoca el consumo de sustancias estupefacientes a la hora
de ponerse al volante. Las estadísticas revelan que uno de cada diez
conductores interceptados en España bajo los efectos de las drogas es de
la comunidad gallega. Y en el caso del alcohol, los positivos
detectados en las carreteras de Galicia suponen casi el 14% de todo el
país.
Los primeros controles rutinarios de
drogas en España comenzaron a realizarse en 2012. Desde entonces, los
positivos aumentan año tras año debido al incremento de las labores de
control y vigilancia de las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico con
el objetivo de erradicar el cóctel molotov que supone consumo y
conducción.
En el último lustro, los narcotests realizados en
España se han multiplicado por más de 60, según un informe de la
Fundación Línea Directa que analiza la influencia de las drogas en los
accidentes de tráfico. El estudio advierte de que pese a la creencia
generalizada, las drogas están más presentes en a conducción que el
alcohol. Por cada conductor que se pone al volante tras haber bebido,
entre dos y tres lo hacen tras haber consumido cocaína, cannabis o
anfetaminas, entre otras sustancias.
Desde la DGT, su director,
Gregorio Serrano, destacó que durante la campaña de diciembre el número
de pruebas de drogas practicadas en las carreteras españolas aumentaron
un 60%. La idea, según avanzó, es seguir incrementado este tipo de
controles ya que sus efectos en la conducción, advirtió, "son menos
conocidos por la sociedad" pero "igual de letales cuando se conduce
después de haberlos consumido". "Queremos generalizarlos progresivamente
de modo que estamos invirtiendo millones en la compra de vehículos,
lectores de drogas, kits multidrogas y etilómetros, de modo que allí
donde llegue un agente, pueda realizar los controles pertinentes y
prevenir accidentes", sentenció el director de Tráfico en la
presentación del balance de campaña de este mes.
Entre los dos
casos de consumo de cocaína que cita la DGT en su balance de la campaña
de diciembre, hay uno de Galicia. Se trata de un conductor de un camión
interceptado en Vilalba el sábado día 16 consumiendo cocaína y opiáceos.
Los agentes encontraron en el vehículo, que fue inmovilizado tras ser
sometido a la prueba y dar positivo, varios utensilios que utilizada
para consumir esas drogas.
De los 1.347 conductores denunciados
por haberse tomado una copa de más, un total de 209 habían ingerido tal
cantidad de alcohol que fueron puestos a disposición judicial. Es decir
tendrán que sentarse en el banquillo por haber superado la tasa de 0,60
mg/l en aire espirado, enfrentándose a una pena de tres a seis meses de
prisión o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la
comunidad de 30 a 90 días, y a la privación del derecho a conducir de
uno a cuatro años. Contra otros diez infractores se han abierto
diligencias por negarse a realizar las pruebas de alcoholemia.
Las
autoridades de Tráfico reconocen que todavía queda mucho por hacer para
disociar consumo y conducción. El informe de la Fundación Línea Directa
revela que dos de cada diez conductores confiesan haberse puesto al
volante tras haber consumido alguna sustancia ilegal. Sobre todo varones
de entre 25 y 34 años y que ya han sido sometidos previamente, al
menos, a un control de drogas. Al ser preguntados por la percepción del
riesgo, el alcohol se considera como la sustancia más peligrosa y que
más perjudica a la conducción, mientras que el cannabis es visto como el
menos nocivo.
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