La Guardia Civil reforzará los controles en Fin de Año con coches camuflados
7.600 conductores gallegos han dado positivo en alcohol o drogas dos o más veces en los últimos cinco años
Aumenta el tiempo de reacción, provoca euforia y altera la percepción de
las distancias. Son tres de las reacciones del alcohol en el organismo,
incluso en dosis bajas, incompatibles con la conducción de un vehículo.
Sin embargo, son muchos los que se ponen al volante después de haberse
bebido varias cervezas, varias copas de vino o varios chupitos. En
noviembre, más de 900 conductores gallegos fueron apartados de la carretera tras dar positivo en alcohol
en alguno de los controles de la Guardia Civil. Dejar de conducir es la
primera consecuencia de un positivo. Los agentes inmovilizan el coche
hasta que llegue alguien que no haya bebido. Lo siguiente es la multa: de 500 a 1.000 euros y la pérdida de entre 4 y 6 puntos.
Muchos de esos conductores conocen bien esos controles. Son reincidentes. Desde el 1 de enero del 2013 hay 7.654 los gallegos que han dado positivo en alcohol o drogas
dos o más veces, según reveló el Gobierno central al grupo socialista
en el Congreso. Los datos muestran un problema difícil de erradicar y
que supone un riesgo muy grave para el tráfico. El 43 % de los
conductores muertos en accidentes el año pasado habían ingerido alcohol o
drogas en cantidades superiores a las permitidas, y el 20 % habían
mezclado alcohol y cocaína, una de las asociaciones más peligrosas, que
«es relativamente frecuente y que multiplica por 200 el riesgo de sufrir un accidente mortal», explica Juan Carlos González Luque, médico y subdirector de Investigación e Intervención de la DGT.
Todo el mes en alerta
«Habrá
controles de alcohol y de drogas en todas las carreteras», avisa el
teniente coronel Molano, jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia
Civil de Galicia, cuyos agentes llevan todo el mes de diciembre en
alerta constante y realizando decenas de controles a todas horas y en
todo tipo de vías. «Quedan los peores días», señala Molano, en especial
el de Fin de Año. Esa madrugada, las patrullas de la Guardia Civil
extremarán la vigilancia en todas las carreteras, incluso con coches
camuflados para detectar a conductores bebidos o drogados que evitan los
controles circulando por carreteras secundarias.
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