miércoles, 10 de enero de 2018

La Voz de Galicia

La A-55, la autovía más peligrosa de España

La Xunta pide un túnel para eliminar un tramo de la A-55 entre Vigo y O Porriño de altísima siniestralidad, pero Fomento solo reforma los accesos por el momento

 La autovía A-55 que une Vigo y Tui ostenta el triste honor de ser la que registra el mayor número de accidentes del país. La culpa la tiene el tramo sinuoso que atraviesa el término municipal de Mos. Aquí se encuentran las conocidas curvas de Tameiga y la de los Molinos, que concentran el 80 % de los siniestros que se producen a lo largo de todo el vial. Los especialistas en seguridad vial coinciden en señalar que el trazado del principal acceso a Vigo es inadmisible para una autovía. Prueba de ello es que la velocidad máxima en las curvas de Tameiga está restringida a 60 kilómetros por hora. Fomento prohíbe circular en este tramo a más velocidad que la mínima establecida para las autovías y autopistas.

La A-55 se diseñó mal porque, cuando fue construida en los ochenta, con el ánimo de ahorrar costes y minimizar afecciones, aprovechó parte del trazado sinuoso de la antigua carretera nacional.
La subida hasta el alto de Puxeiros desde Mos se hace por medio de un trazado enrevesado que obliga a los conductores a extremar la precaución. Cualquier exceso de velocidad puede tener unas consecuencias nefastas. Afortunadamente, desde que hace más de una década Fomento limitó la velocidad, no se han vuelto a producir accidentes mortales. A las salidas de vía y vuelcos hay que sumar los choques por alcance. Esta autovía tiene una elevada densidad de tráfico. De nada sirvió el intento de Fomento de bonificar a los camioneros en la AP-9 para que disminuyera el tráfico pesado. La lenta circulación que imprimen los vehículos pesados es la causa de que se produzcan atascos y retenciones y choques por alcance.
La Xunta, consciente de este problema, ha solicitado al Ministerio de Fomento la rectificación prácticamente total del trazado de Mos, lo que supondría una inversión de 120 millones de euros. Un túnel que atravesaría Puxeiros es la solución técnica planteada. Se trata de una medida que el Gobierno central no contempla en el corto plazo.

La A-55 se diseñó mal porque, cuando fue construida en los ochenta, con el ánimo de ahorrar costes y minimizar afecciones, aprovechó parte del trazado sinuoso de la antigua carretera nacional.
La subida hasta el alto de Puxeiros desde Mos se hace por medio de un trazado enrevesado que obliga a los conductores a extremar la precaución. Cualquier exceso de velocidad puede tener unas consecuencias nefastas. Afortunadamente, desde que hace más de una década Fomento limitó la velocidad, no se han vuelto a producir accidentes mortales. A las salidas de vía y vuelcos hay que sumar los choques por alcance. Esta autovía tiene una elevada densidad de tráfico. De nada sirvió el intento de Fomento de bonificar a los camioneros en la AP-9 para que disminuyera el tráfico pesado. La lenta circulación que imprimen los vehículos pesados es la causa de que se produzcan atascos y retenciones y choques por alcance.
La Xunta, consciente de este problema, ha solicitado al Ministerio de Fomento la rectificación prácticamente total del trazado de Mos, lo que supondría una inversión de 120 millones de euros. Un túnel que atravesaría Puxeiros es la solución técnica planteada. Se trata de una medida que el Gobierno central no contempla en el corto plazo.

 

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